02.11.2009 - DIARIO SUR
TEODORO LEÓN GROSS
NO se puede decir que los presupuestos de Andalucía sean decepcionantes. Sólo puede haber decepción cuando se espera otra cosa. Málaga ocupa, una año más, la última posición en el 'ranking'. Esto se repite de nuevo bajo el plomo de la crisis como en tiempo de bonanza. Si acaso hay desencanto. Las expectativas suscitadas por el discurso de Griñán contra el centralismo daban para confiar en algo distinto. No ha sido así.
Málaga, con 758 millones, queda lejos de Sevilla, con 1.100. La comparación resulta cruel: Málaga, 485 euros por habitante, única por debajo de 500. Cádiz y Sevilla se aproximan a 600, otras frisan 700 y hasta 800. El criterio de población, usado para su financiación por la Junta, revela cómo ésta perjudica a Málaga severamente. Y el problema no es que suceda este año, sino que sucede desde hace años sin interrupción. Málaga es la provincia peor financiada desde Sevilla. Y sigue siéndolo.
Los dirigentes de la Junta apelan a evitar las comparaciones localistas. Hacen trampa y además sin escrúpulos. La comparación es el método de análisis apropiado para interpretar los datos. Sencillamente ellos preferirían evitar estas comparaciones para que el obsceno desequilibrio territorial no quedase tan en evidencia.
Para el pudor intelectual es incómodo el discurso de los agravios territoriales. Mejor escapar de la espuma aldeana que aflora en el debate y del gimoteo penoso de los perdedores. Y sin embargo, se impone la rebeldía cívica porque esto es un atraco institucional sistemático que empobrece a la provincia y le resta, año tras año, competitividad. Ni siquiera el récord de paro ha cambiado nada. El chavismo perdura sin Chaves.
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