Fuera de control

16.11.2009 - TEODORO LEÓN GROSS. Diario Sur.

BORJA Thyssen ha sembrado el pánico amenazando con desestabilizar el museo familiar de Málaga. El alcalde cree tenerlo todo atado, o quizá sólo quiere creerlo. En ningún proyecto se ha volcado De la Torre con tanta determinación y tan concienzudamente como en éste, pilotando con éxito unas negociaciones discretas pero afiladas e incluso sorteando la deslealtad de la Junta y las argucias de Sevilla para disputarle la colección. Una vez consumado ese proyecto tan personal, el alcalde ahora sabe que es difícil medir las consecuencias del reto de ese niño malcriado con cara de luchador de pressing-catch. Las herencias han provocado crímenes, odios seculares, tragedias. De momento el duelo de las dos cazafortunas parece inevitable. Y el problema para el alcalde es que las claves de todo esto no están en el ámbito del derecho sino en las revistas del corazón.
Probablemente la oposición municipal se ha visto en pocos momentos como éste, con el Ayuntamiento golpeado por asuntos turbios y demasiados errores, para recuperar puntos. Pero no parece que el PSOE vaya a ganar crédito. De momento, si alguien mira a sus filas buscando una alternativa, sólo encuentra una quiniela. Y va para largo.
Elías Bendodo, a pesar de su juventud, parece estancado en una idea anacrónica de la política. Ayer aseguraba aquí: «creo en la honradez de mis alcaldes; no tengo que obligarles con un código ético». Entretanto ayer mismo Rajoy, en Barcelona, ofrecía un Pacto contra la Corrupción tras comprometerse a aprobar un código ético «aún más exigente» que la Ley. O sea, Bendodo cree estar en una posición superior a la de Rajoy, ¿pero realmente piensa que lo ocurrido en Baleares, Madrid o Valencia no puede ocurrir aquí? Rajoy sostiene que la corrupción emana de la naturaleza humana; Bendodo aún cree que emana del carnet. Es una paradoja decepcionante: tan joven, tan rancio.