20 noviembre 2011

La provincia de Málaga se está convirtiendo en un destino global. Estamos incorporando el segmento de cruceros. Se mueve también el de eventos y congresos. A nivel cultural vendemos bien nuestros pueblos y la capital.

El nuevo presidente del colectivo de directores de hotel AEDH ,Rafael Albuixech, afirma que los establecimientos del litoral se han quedado viejos


Albuixech dirige el veterano hotel Las Palmeras de Fuengirola desde hace seis meses.


JOSÉ LUIS JIMÉNEZ. FUENGIROLA-SUR

Pese a las advertencias de su padre –también hotelero–, nuestro protagonista hizo la carrera de Derecho y nada más acabarla creyó que lo mejor era meterse también de lleno en el sacrificado mundo de la hotelería, por lo que cursó sus estudios de Gestión Hotelera. Rafael Albuixech trabajó en hoteles de Francia, Inglaterra y el Caribe hasta desembarcar en la Costa del Sol donde ha hecho la mayor parte de su carrera. Ahora es director del hotel Las Palmeras, en Fuengirola, y afronta el reto de sustituir a Antonio Martínez Valero al frente de la delegación malagueña de la Asociación Española de Directores de Hotel (AEDH).



¿Cómo le llegó la propuesta y cómo se encuentra tras hacerse oficial?

Era algo que se me viene sugiriendo desde hace pocos años. Fui vicepresidente de la Asociación de Empresarios de Hotel de la Costa del Sol (Aehcos) en la zona de Marbella y llegué, junto con otros directores jóvenes y de la mano de Salvador Vílches, a promover una modernización de la organización. El presidente nacional de AEDH, Vicente Romero, me lo planteo en 2009, pero no podía en ese momento porque tenía mucho trabajo. Ahora no es que tenga menos, pero es un reto que me ilusiona muchísimo. Creo que podemos hacer y aportar muchas cosas y tengo ganas enormes de que la AEDH tenga la misma repercusión que ha tenido en otras épocas para que realmente se nos tenga en cuenta. Pero no sólo para figurar, sino para participar en todo lo que tenga que ver con el turismo en la provincia.



Recuperar ese prestigio, ¿es quizás el principal reto que se plantea ahora el frente de la asociación?

Sí, pero yo diría más. Hay que recuperar el brillo que ha tenido la Costa del Sol en especial, no podemos dejarla morir. Está en la UVI y hay que reanimarla. Y, en ese proceso, los directores de hotel tenemos mucho que decir. Yo creo que por eso se me ha elegido. Porque quiero cambiar las cosas. Estamos anclados en el pasado pero, sin embargo, la profesión de director de hotel ha ido perdiendo importancia. Se nos considera como meros supervisores cuando manejamos cientos de puestos de trabajo, facturamos millones de euros y somos responsables del principal motor económico de la provincia. Recuerdo cuando era niño, cuando veía a mi padre como director, que era tratado como un ministro. Tampoco digo que volvamos a eso, pero sí que se nos reconozca como a gerentes que están a cargo de una empresa que tienen un tremendo impacto en la zona donde trabajan.



¿Se refiere a las administraciones públicas?

Claro. Como presidente me ocuparé de llamar a todas las puertas que sean necesarias a nivel institucional para pedir que se nos considere. Les mostraré nuestra disposición a todas aquellas que tienen capacidad de decisión a nivel turístico para aportarle todo nuestro saber. Los directores conocemos las necesidades de los turistas mejor que nadie. Y creo que no nos aprovechan lo suficiente. No podemos quedarnos en los despachos amargados por la crisis. Tenemos que salir y arrimar el hombro con los demás.



Dice que la Costa del Sol está anclada en el pasado ¿Por qué lo cree?

Considero que es así. Hablo de los hoteles. Independientemente de la situación de crisis que vive el mundo entero, en nuestro sector, además, hemos sido extremadamente conformistas. Siempre se ha pensado que, como venían los turistas y lo de siempre funcionaba, no había que cambiar nada; que vendíamos sol y playa y los turistas venían solos. No nos hemos preocupado por formar al personal, ni por renovar estructuras, ni de comercializar, ni diversificar... yo creo que hemos pasado de ser un destino de máxima calidad a un destino un poco cutre. Por lo que tenemos que mejorar muchísimo. Tenemos muchas camas pero establecimientos en algunos casos muy viejos, como el hotel que ahora gestiono (Las Palmeras, en Fuengirola). Han venido nuevos establecimientos y muchos están renovándose. Pero seguimos siendo más los otros y somos los que más problemas estamos teniendo con la crisis. Tocamos techo pero hemos ido descendiendo en calidad.



Decía el consejero de Turismo de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso, que el 40% de los turistas eligen hoteles de cuatro y cinco estrellas ¿Habrá que apostar por ese segmento?

Yo tengo una teoría particular. Seguramente, vienen a estos hoteles porque nos estamos cargando a los de tres. Los hoteles de cuatro estrellas estamos vendiendo a precio de tres estrellas. Estamos echando del sector a estos últimos. Porque, como cliente, si ves los precios de hoteles de tres y cuatro estrellas y son iguales te vas al de cuatro porque piensas que es mejor. El error es el de siempre: comparar las estrellas. Pero les estamos haciendo un flaco favor a los compañeros que ostentan establecimientos de tres estrellas.



¿Están los directores de los hoteles de la Costa del Sol unidos en esto o están sometidos a una guerra de precios?

Ahora mismo, estamos todos muy preocupados y con mucha incertidumbre. Pero la guerra de precios, como dices, es una guerra sana. Cada uno tiene que sobrevivir como puede y, por eso, no hay mala relación. Pero sí falta corporativismo y unión frente a organismos que deciden en materia de turismo.



¿Está saturada la oferta de la Costa del Sol? ¿Tiene algo nuevo que ofrecer?

No lo creo. Siempre he pensado que hay mercado para todos. Todo lo que sea nuevo, nos viene bien para ponernos las pilas a la hora de poder competir. Si las circunstancias mundiales fueran otras pues, seguramente, habría sitio para todo el mundo. El problema es que, ahora, la gente no está viajando. Hemos vivido un año ficticio. Creo que el año que viene no va a ser igual, será muy complicado. Se dice que lo ocurrido en los países árabes nos ha ayudado. Yo, particularmente, pienso que no; que ese turista se ha ido a Canarias, que ha tenido un crecimiento espectacular y exitoso. Aquí no. Aquí hemos vendido más pero a precios más bajos por mucho que digan algunos políticos. Yo tengo mis cifras.



¿Y qué dicen esas cifras sobre la evolución de este año?

Entiendo que los políticos tengan que dar un mensaje de optimismo para atraer inversiones y más estancias. Pero creo que hay que ser realistas. En mi caso hemos mejorado la ocupación pero que hemos bajado el precio medio. Desde el año 2008 venimos manteniendo las ocupaciones en verano pero los ingresos siguen bajando. Si no, no habría tantos Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), ni habría tanta estacionalidad, ni habría que cerrar hoteles en invierno. Y eso es lo que más me preocupa. Si somos un destino de sol y playa, no podemos cerrar en invierno. Seguimos teniendo sol y playa.



Sí, pero, ¿y qué más?

En eso, ahora estamos mejorando. La provincia de Málaga se está convirtiendo en un destino global. Estamos incorporando el segmento de cruceros. Se mueve también el de eventos y congresos. A nivel cultural vendemos bien nuestros pueblos y la capital. En esos términos creo que sí se están haciendo bien las cosas. Pero por el turismo de sol y playa por el que nos movemos principalmente, no. Lo hemos descuidado. Nos hemos quedado en los años 80 salvo excepciones que sí han invertido.



Parece entonces que no tenemos remedio...

Para nada. Las grandes cadenas hoteleras no son tontas. Están viniendo aquí. Y, le aseguro, que si se instalan en la Costa del Sol es porque han hecho un estudio comercial muy exhaustivo que les dice que aquí se puede trabajar bien. No invierten a lo loco. Claro que lo que está pasando ahora es desconcertante.



¿Cuáles son las principales quejas que llegan a los hoteles del litoral malagueño por parte de los turistas?

Siempre nos hemos caracterizado por tener un buen servicio y una relación calidad precio excelente. Pero el turista ya empieza a decir que somos caros con respecto a otros destinos que ofrecen lo mismo que nosotros ofrecíamos en los años 80. Creo que ése es nuestro caballo de batalla. Nosotros no vamos a ser ya más baratos que Túnez, Egipto o Croacia pero el factor que nos debe diferenciar aquí es que lo que demos sea muy bueno. Calidad. Formación; que la gente que se dedique a esto le guste. Pongo un ejemplo. Puse una oferta de empleo para un puesto de maitre. Me llegaron 200 currículos. Y de ellos, sólo entendí que estaban preparados cuatro. Había personas que no habían trabajado de camarero en su vida. Un puesto de maitre no es cualquier cosa. Si queremos ofrecer el mejor servicio necesitamos personas que tengan una verdadera vocación y que conozcan el oficio. Ser camarero es una profesión muy digna. No se tiene que tomar como último recurso.



«En las comidas de familia sólo hablamos de hoteles»



Usted lleva los hoteles en la sangre...

Y eso que mi padre trató de persuadirnos, tanto a mi hermano (dirige un establecimiento en Canarias) como a mí, de que no trabajásemos nunca en hoteles. Este puesto, además de una gran responsabilidad, conlleva muchas horas de dedicación. Aunque, en muchas ocasiones, no somos los dueños del hotel, sino que las compañías hoteleras nos contratan, tienes que pensar que lo eres. Y eso es raro. Además, por si fuera poco, mi mujer es hija de otro director de hotel. Así que imagina lo aburridas que son las reuniones familiares: siempre hablando de lo mismo...



Y eso que iba para abogado...

De hecho, terminé la carrera y soy licenciado. Pero me tiraba esto de los hoteles. Tras hacer la diplomatura de Gestión y Administración hotelera elegí hacer carrera fuera de España para llegar a puestos directivos lo más rápido posible. Estuve en Francia, en Inglaterra y, finalmente, pasé tres años y medio en establecimientos del Caribe. En ambos, como director responsable de alimentación y bebidas. De nuevo volví a España y he trabajado en Antequera, Torremolinos, Marbella y, ahora, Fuengirola.



En un proyecto, además, ambicioso: recuperar Las Palmeras.

Un hotel que está pasando malos momentos pero que fue, en su momento, el hotel más grande de España. La cadena para la que trabajo, Pierre&Vacances (francesa) ha apostado muy fuerte por renovar Las Palmeras y el hotel El Puerto y lo vamos a conseguir.

14 septiembre 2011

La Comunidad Turística de Andalucía tendrá una base de datos de hoteles accesibles

La Comunidad Turística tendrá una base de datos de hoteles accesibles

Esta herramienta de promoción y comercialización de Andalucía incluye ya una oferta que alcanza los 15.000 recursos
14.09.2011 - PILAR MARTÍNEZMÁLAGA.SUR

Eurostat cifra en ocho millones de turistas en Europa que cuentan con discapacidad. :: SUR La mayor plataforma de comercialización y promoción de Andalucía, la Comunidad Turística, abre una ventana al turismo accesible mediante la creación de una base de datos de hoteles preparados para atender a los viajeros con discapacidad. Esta herramienta permitirá conocer el grado de cumplimiento e implantación de este tipo de medidas en las instalaciones y negocios que conforman la oferta de la comunidad.

Así lo explicó ayer el consejero de Turismo, Comercio y Deporte, Luciano Alonso, que dijo que la actuación 'Análisis del Segmento Turístico Accesible' se efectuará en colaboración con la Federación Provincial de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física (Fejidif) de Jaén. Precisamente ayer mantuvo un encuentro con esta entidad, que colaborará en la distribución, a través de las distintas delegaciones provinciales de la Consejería, de unos cuestionarios de autoevaluación dirigidos a los establecimientos hoteleros, que posteriormente conformarán la base de datos.

Actuación

En esta apuesta por mejorar la oferta turística accesible de Andalucía, Alonso avanzó que también se impulsará la página web www.puedoviajar.es, proyecto que lleva a cabo Fejidif con el apoyo del el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo dentro del Plan Avanza 2009. La idea es estudiar vías para dar a conocer esta plataforma y sus contenidos a los integrantes de la Comunidad Turística andaluza.

Desde la Consejería de Turismo avanzaron algunos datos sobre el desarrollo de la Comunidad Turística, portal interactivo que puso en funcionamiento la Junta en octubre de 2010 para impulsar el negocio en el sector, aportar información sobre el destino y ofrecer experiencias a los potenciales viajeros. «En esta plataforma, disponible en el sitio www.andalucia.org, ya están representados más de 1.200 establecimientos alojativos, conexiones aéreas diversas al destino, más de 120 restaurantes y 44 recorridos en campos en golf. En suma, la Comunidad tiene más de 15.000 recursos turísticos», señalan en una nota de prensa.

Andalucía quiere mejorar su posición dentro del segmento de turismo accesible con la nueva base de datos de hoteles accesibles.

Los datos de Eurostat cifran en ocho millones de turistas que cuentan con algún tipo de discapacidad en Europa, lo que supone un potencial importante para el que la región andaluza quiere estar bien posicionada.

03 septiembre 2011

La gran Ingrid Bergman visitó Málaga en 1962 y se alójó en el hotel Pez Espada del entonces distrito de Torremolinos


De la pena a la lluvia de Ingrid Bergman


La actriz se hospedó en Torremolinos a principios de los sesenta, en plena efervescencia del turismo sueco


De la pena a la lluvia de Ingrid Bergman

LUCAS MARTÍN-LA OPINION DE MALAGA
 La cara contra el cristal. La lluvia y su redoble sobre la playa. Una postal tristísima, alejada de la luz y del columpio, de los pies descalzos. Ingrid meditabunda, ominosa, terrible. Su marido de espaldas, con un cigarrillo en la boca, casi en blanco y negro, callado. La risa remota de otras habitaciones, de otros cuerpos, fragmentos de conversaciones en inglés, el azote del viento sobre la hierba. Habían escapado del país del frío. Se creían a salvo de la pátina polvorienta del norte, de la urgencia de las nubes.

Era Ingrid y Lars, pero también Ingrid y su dolor y Málaga y la falsa primavera. Puede que fuera cosa de las rubias. De recomendaciones chatas, hiperbólicas. La provincia convertida en un trozo de las Antillas. Sin una hora de invierno, de sofoco.

La actriz aterrizó en Málaga el 6 de marzo de 1962. Hizo lo que hacían todas las estrellas de la época. Recoger las maletas, buscar un automóvil y acelerar hasta Torremolinos. El hotel Pez Espada convertido en su refugio. Como el de la emperatriz de Persia. Como el del polémico Sinatra.

Habían reservado una quincena. Un margen generoso, lo suficientemente armado como para convocar al entusiasmo y que éste extendiera su carpa dichosa a los siguientes veranos. La Costa del Sol contaba con todo para seducir a Ingrid Bergman, pero a la musa le dio por sacar su lado más voluble, impaciente, menos sueco. Las divas y sus silencios. Toda una modalidad psicológica.



Rarezas y Mediterráneo



La Bergman que llegó a Torremolinos ya no creía en los cuentos italianos. Puede que su desapego con la provincia participara de un rechazo sobrevenido a la cultura mediterránea. Se había separado de Rossellini. Probaba suerte con Lars Schmitd, un carácter más seco y prusiano. Los dos soñando con unas vacaciones canónicas, de paraíso con sol y con arena y con toalla. Todo lo que no tuvieron. Salvo lo último, entregado como una balleta a tareas otoñales. El mal tiempo. La lluvia. Imponente. Continua. Durante tres días. Una de esas rarezas que suceden de vez en cuando en Málaga y arrecian contra los paraguas. Algunos de ellos nobles, inconsolables.



La barriga estelar del pez espada



A Ingrid le dio por juntar las cejas. Se enfurruñó más que el firmamento, que el vapor de la ventana. Le habían prometido sol y no quiso esperarlo. Agotó literalmente el plazo preventivo, las 72 horas. Justo entonces puso cara de hartazgo, de bandera blanca. Se largó sin atender las recomendaciones. Del brazo de Lars. Con impermeable. Quizá tropezó por los pasillos con Anthony Quinn. Ambos llegaron el mismo día a Málaga y se hospedaron en el hotel Espada.



La indolencia del actor



La misma lluvia, distinta respuesta. Si a la actriz es difícil no encontrarla entre cortinas, cavilosa y pálida, a él se le proyecta con la alegría del buen zángano, felizmente arrebujado entre sillas de bambú, con un libro y un cóctel, esperando que la tormenta amaine. Anthony Quinn tuvo toda la calma que le faltó a la estrella. Se preparó para acechar a la primavera, le importó un pimiento que el cielo se abrumara. Más tarde se subiría, incluso, a los tablados. Con espíritu olímpico, vacacional, simpático.



El paradigma sueco



La diva se perdió la Costa. Como contrapartida ganó un nuevo tono en sus ojeras especialmente indicado para papeles como el que le propondría su compatriota homónimo, el gran Ingmar Bergman, que la reclutó para Sonata de otoño. Un nombre valleinclanesco, ideal para describir su toma de contacto con la provincia, su paraíso perdido, quién sabe. La frustración justo en el momento mejor articulado, cuando la Costa del Sol caminaba hacia el paradigma sueco. Y no sólo por las rubias, sino por la atención de las autoridades. La provincia se había convertido diez años antes en el primer destino certificado para la seguridad social nórdica. Si alguien enfermaba, la administración le enviaba a Málaga. Como si fueran los viejos balnearios. Tenía que ser Ingrid. Tenía que apellidarse Bergman. La única sueca triste en la historia de Torremolinos.



02 septiembre 2011

El botellón , fenómeno que se da practicamente en todas la fiestas españolas, tambien llega a una ciudad monumental y a una Feria tan tradicional como la de Ronda


El botellón vuelve a empañar un año más el inicio de la Feria del Centro

La Voz de Ronda
Malestar entre los empresarios de bares y restaurantes ante la continuidad de esta actividad de los jóvenes.

El botellón marcó ayer el inicio de la Feria del Centro y dejó una mala imagen en las calles del centro de la ciudad, en especial en la plaza del Socorro, que se convirtió en pocas horas en un vertedero de botellas, latas de bebidas y bolsas de plástico, que fueron utilizadas para transportar los miles de litros de bebidas.

De este modo uno de los males que aqueja a la Feria rondeña vuelve a repetirse en el arranque de la edición 2011, lo que provocó el malestar de la gran mayoría de los bares y restaurantes del centro de la ciudad, que se vieron desbordados por la masiva presencia de jóvenes que únicamente han trasladado de lugar su habitual fiesta de los fines de semana.

Entre los empresarios el malestar era generalizado ayer, y exigieron una mayor presencia policial para controlar este fenómeno que se prolonga en los años y para el que nadie parece encontrar remedio. En este sentido, un empresario explicaba que se había visto obligado a retirar las mesas que tenía instaladas en la terraza ante el peligro de que sufriesen daños, ya que varios grupos habían decidido utilizarlas como parte de su diversión y subirse en las mismas.

Además, entre algunos de los locales que han instalado barras en la calle también había malestar por la actuación de los cuerpos de Seguridad, que a las 19:00 horas comenzaron el desalojo de las zonas acotadas para permitir la entrada de los servicios de limpieza. Fue entonces cuando se descubrió la verdadera magnitud del botellón. No obstante, en este caso también nos encontramos división de opiniones, entre los que entienden que la hora de cierre era la fijada y aquellos que creen que en días de fiestas se debía haber tenido un poco de flexibilidad.

Mientras tanto, los jóvenes siguen defendiendo el botellón bajo la excusa de no poder hacer frente a los elevados precios de las copas en la feria y su limitada economía.

30 agosto 2011

Las playas de El Dedo y La Misericordia de Málaga tienen un sistema único en Andalucía que la hacen accesibles para los invidentes , gracias a las nuevas tecnologías

 Disfrutar de la playa sin barreras es posible para los invidentes gracias a un sistema especial de coordinación y tecnológico, único en toda Andalucía, que funciona en dos playas de Málaga, y que intenta facilitar la estancia a este colectivo.



Se trata de un dispositivo, ubicado en las playas de El Dedo y La Misericordia, compuesto por un reloj pulsera con un sistema de audio que ayuda al bañista, a través de unas balizas de información que se encuentran en el mar, a saber en todo momento a cuánta profundidad se encuentra.



El coordinador del Dispositivo de Salvamento de las Playas de Málaga, Lucas Duhour, ha explicado a Efe que las pulseras con las que los discapacitados se bañan cuentan también con un botón que al ser pulsado acciona una alerta y los socorristas reciben un aviso a través del servicio de megafonía para que acudan a sacarlos del mar.



Duhour ha concretado que, además de ser dos playas adaptadas para las personas invidentes, cualquier persona que tenga alguna discapacidad puede acudir ya que cuentan con el material necesario, como son las sillas anfibio, por ejemplo, y el personal adecuado para ayudarlos a bañarse.



Normalmente atienden a más personas en días laborables que en fines de semana por motivos que, según el coordinador, se ciñen a la dificultad que supone encontrar aparcamiento o el elevado número de personas que acuden en esos días a la playa.



Todos los días de la temporada de playa, que engloba desde el 15 de junio al 15 de septiembre, se monta el dispositivo desde las 11:00 hasta las 20:00 horas, con tres o cuatros socorristas, para atender a cualquier bañista que lo requiera.



A pesar de estar vigentes las distintas unidades diariamente, el técnico del Área de Playa del Ayuntamiento de Málaga, Margarita Romero, ha explicado que en caso de un temporal "muy grande", ni los bañistas se arriesgan a meterse en el agua, ni los propios socorristas lo recomiendan.



Romero ha señalado que se trata del primer año que este sistema está implantado toda la temporada de playa, ya que se inauguró el año pasado a principios de agosto y contó con 230 usuarios en las playas malagueñas, las segundas en España, junto a las de Valencia, que introducen un dispositivo para invidentes.



Aunque cuentan con siete puntos de adaptación para discapacitados a lo largo de los trece kilómetros que componen la costa de la ciudad, el objetivo del Ayuntamiento para los próximos años es montar más zonas acondicionadas para los invidentes, ya que hasta el momento sólo hay dos.



De igual forma, ha mencionado que la capital cuenta con las únicas playas de Andalucía que tienen desde 2006 el certificado de Accesibilidad Universal que concede el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE).

EFE

12 julio 2011

Málaga- Costa del Sol, primer destino turístico español para los británicos. Le siguen Alicante y Palma de Mallorca.

Málaga es el primer lugar de destino turístico español para los británicos, informó hoy la aerolínea de billetes baratos easyJet.



Entre los destinos españoles, Málaga figura en primer lugar, seguida de Alicante y Palma de Mallorca, añadió la compañía, que coloca a Faro (Portugal) en cuarto lugar.



"Las playas de arena, el mar azul y la promesa de sol hacen que los británicos vuelvan a España año tras año para un descanso estival", señaló hoy el director de easyJet, Paul Simmons.



Por otro lado, la organización de viajes Abta informó hoy de que las reservas para destinos españoles subieron este año un 11 por ciento frente al año anterior, seguido de Portugal, con un alta del ocho por ciento, y Grecia, con una subida del 2 por ciento.



Según Abta, los breves descansos a ciudades como París, Madrid y Roma han aumentado debido a las buenas ofertas de precios.

EFE.

10 julio 2011

Seis de cada diez plazas hoteleras de la Costa del Sol-Málaga son ya de cuatro o cinco estrellas

A finales de la década de los noventa, más de la mitad de las camas hotelera de la provincia eran de tres estrellas .U n firmamento de estrellas suman los hoteles de la Costa del Sol, un sector determinante para la industria turística local y andaluza. La apuesta por la renovación de las instalaciones comenzó hace poco más de 15 años pero es en estos momentos cuando se cosechan los frutos. Más de seis de cada diez plazas hoteleras de la provincia de Málaga lucen en la entrada cuatro, cinco estrellas o el distintivo de Gran Lujo. Es decir, con datos actualizados al pasado mes de junio y facilitados por la Delegación Provincial de Turismo de la Junta de Andalucía, el sector hotelero malagueño ofrece a los miles y miles de viajeros que disfrutan de sus vacaciones un total de 56.513 camas de las categorías más altas. Es el momento de echar la vista atrás y volver a la gran crisis del turismo malagueño, allá por 1993, en la que la raíz del problema fue una oferta hotelera caduca que pasó factura. El sector aprendió la lección y apostó por invertir en calidad con ayuda de planes como el Qualifica. Solo en los últimos tres años han gastado más de 30 millones de euros en rejuvenecer y mejorar las instalaciones hoteleras. La mayor parte del dinero desembolsado tenía como objetivo subir de categoría.

Así, la Costa del Sol ha pasado de tener, en el final de la década de los 90, una planta hotelera en la que la mayoría de la oferta era de tres estrellas a contar con un 63% de camas de cuatro, cinco estrellas o gran lujo. Una vuelta de calcetín que ha venido como anillo al dedo en un momento de crisis en el que el sector menos afectado por los problemas económicos es el de alto poder adquisitivo. Un colectivo que dispone en la Costa del Sol de la mayor variedad de establecimientos de alta categoría de la Península.

Tendencia a la alta gama

De junio de 2010 al pasado mes, la Costa ha aumentado su oferta hotelera en siete establecimientos, de los que cuatro son de cuatro y cinco estrellas. Las plazas en estas categorías han subido en casi un millar, mientras las de dos y tres se han reducido en 587, sin contar los apartoteles.

Aún así el destino reúne alternativas para todos los bolsillos. Un total de 89.135 plazas suman los 491 hoteles y apartoteles que se contabilizan en la provincia. El dato es más que elocuente sobre la fuerza de este sector en el conjunto de Andalucía si se tiene en cuenta que Málaga acapara el 36% de las camas hoteleras de toda la región y el 27% de los hoteles. El siguiente destino andaluz en importancia es Cádiz, con algo más de 36.000 plazas, es decir, poco más de un tercio que la Costa del Sol.

El negocio de la industria hotelera malagueña es igualmente abrumador en relación al conjunto de la Comunidad. Las pernoctaciones que se contabilizaron al cierre del pasado año en las instalaciones malagueñas se elevan a 15,2 millones de estancias, de un total de 40 millones que se registraron en la Comunidad. La cifra de la Costa más que duplica la que acumula la provincia gaditana, la segunda más importante en este indicador.

También la ocupación media de los establecimientos de Málaga supera en cinco puntos la media andaluza, que se fijó en un 45% en el balance estadístico de 2010 de la Consejería de Turismo de la Junta. Se trata, por tanto, de un segmento que muestra una fortaleza cuantitativa y cualitativa, que está en evolución para adaptarse a los nuevos viajeros y que cumple medio siglo de actividad en plenitud de facultades.

Nuevos proyectos

De hecho, a pesar de la situación de la economía, los inversores siguen apostando por el destino. En la actualidad, la Delegación Provincial de Turismo, que dirige Antonio Souvirón, tiene registrados un total de 33 proyectos de hoteles, de los que cuatro se han inscrito en lo que va de año. El resto está en este registro desde 2008. De nuevo la apuesta por la calidad es patente: de cinco estrellas hay cuatro actuaciones proyectadas en Antequera, Almogía, Vélez Málaga y Estepona; de cuatro estrellas hay once, en Casarabonela, Antequera, Ronda, Casares, Carratraca, Fuente Piedra, Málaga, Gaucín y Colmenar; de tres estrellas hay pendientes siete hoteles; uno de dos estrellas en la capital, tres de una, otras tres pensiones y cuatro hostales.

Todos los informes revelan que en la actualidad son los establecimientos de mayor categoría los que mejores resultados obtienen. En este sentido, desde la Consejería de Turismo advierten que el pasado año fueron los establecimientos de cuatro y cinco estrellas los que cerraron el ejercicio con datos más positivos. «Por precios más accesibles y porque la crisis afecta a un segmento de población económica medio-bajo, que son los principales clientes de los hoteles de tres, dos y una estrella, son las instalaciones de alto nivel las que salieron mejor paradas», precisan.

Es más, las pernoctaciones en los cinco estrellas andaluces, donde Málaga cuenta con la mayor concentración de establecimientos de este tipo, crecieron el pasado año un 11,8% y en los cuatro estrellas un 4,4%. Frente a este saldo positivo, los del resto de categorías experimentaron un retroceso de 4,3%, según la Junta.

Rentabilidad

A ello hay que añadir que, aunque la rentabilidad sigue siendo la asignatura pendiente del sector, son los hoteles de mayor nivel los que han conseguido superar con crecimiento del 12% el índice que mide el rendimiento por habitación (Revpar). En este mismo estudio se destaca que Málaga y Cádiz son las zonas turísticas en las que el sector hotelero más eleva su rentabilidad. También son las provincias que lideran las tarifas hoteleras más altas, que en el caso de Málaga pasa a la segunda posición con 75,5 euros la habitación. En cuestión de rentabilidad es Marbella la que toma las riendas, siendo el segundo destino andaluz más rentable tras la localidad granadina de Monachil, en la que se ubica la oferta de Sierra Nevada. Antequera, es por contra, el destino más económico de la región. Entre las zonas líderes en el sector hotelero destaca Torremolinos que concentra el 27% de la planta, según la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), que preside José Carlos Escribano.

En el reverso de la moneda, esta patronal no esconde que hay entre un 5 y un 8% de oferta hotelera obsoleta, en el que el paso de los años es palpable porque no existe una voluntad de los propietarios por seguir en el negocio. En este sentido, Escribano instó a buscar una salida consensuada entre el sector público y privado para sacar del mercado a esta planta hotelera que afecta a la imagen del destino y que incide en una estrategia de precios a la baja de la que el sector quiere apartarse.

No solo las estrellas marcan la calidad, los turistas también dejan constancia de ella y dan al alojamiento la mayor puntuación. Un notable alto, en una escala de uno a diez puntos. Es la mejor recompensa.
Pilar Martínez-Sur