El debate sobre el estado de la ciudad llega tras el escándalo provocado por la dimisión del edil Manuel Marmolejo z La crisis económica dificulta la presentación de nuevos proyectos de futuro
JAVIER GARCÍA RECIO. MÁLAGA Llega el debate del estado de la ciudad. Y lo hace en el momento más caliente de la vida política municipal. Si se hubiera querido escoger una fecha marcada en rojo, ninguna mejor que ésta, que llega en el momento en que, por primera vez en mucho tiempo, el equipo de gobierno está tocado, como esos campeones de boxeo que se resienten por una serie de golpes del aspirante que, de momento, no logran noquearlo ni tenderlo en la lona, pero sí desear que suene la campana para respirar en el rincón.
Así ha ocurrido. Una serie de pequeños escándalos e irregularidades aireados con brío por el grupo socialista en las últimas semanas ha dejado al equipo de gobierno en un momento complicado.
1. ‘Caso Marmolejo’
El último ha sido el más duro. Uno de los suyos, el concejal Manuel Marmolejo, ha debido dimitir por haber adjudicado casi una veintena de contratos a una empresa de un cuñado. Un juzgado investiga posibles irregularidades en las obras de la carretera del Guadalhorce que el Ayuntamiento adjudicó a Teconsa. La concesión de la piscina de Colmenarejo al mismo empresario que ha sido multado con 250.000 euros por ilegalidades urbanísticas en la piscina de Campanillas también ha dolido.
2. Las berzas
Antes de recibir estos últimos golpes el alcalde se dolía de otros anteriores, como el recibido al conocerse que había contratado en más de ocho ocasiones los fuegos artificiales de final de la feria a un concejal del PP de Valencia. El caso de las berzas también dañó al regidor a causa de su concejala Teresa Porras, que logró que desapareciera el logotipo de la Diputación de los delantales de unas vecinas que se fotografiaron con el alcalde. Le costó el puesto al jefe de prensa.
3. ‘Caso Turismo’
Más envergadura tuvieron los casos levantados primero en el área de Turismo y después en la de Cultura, donde se conocieron algunas irregularidades en las contrataciones. El procedimiento era el mismo: se invitaba a tres empresas aparentemente distintas pero que tenían un mismo dueño, lo que contraviene la Ley de Contratos. El equipo de gobierno quiso desinflar lo antes posible el escándalo anulando los contratos, lo que suponía el reconocimiento de la ilegalidad, y volviéndolos a convocar de nuevo.
4. Sin proyectos
Además, el ‘campeón’ no parece el de otros años. Sigue dotado de un buen juego de piernas y de excelentes reflejos pero su pegada ya no da los mismos resultados. Ya no puede responder con los grandes y medianos proyectos que ofreció otros años. La crisis económica, con el bajón de recursos, y su permanente estado de confrontación con otras administraciones le han dejado huérfanos de proyectos. Además, algunos de los que tenía se le han venido abajo bien por falta de recursos bien por los enfrentamientos con las administraciones que deben propiciar esos proyectos. Ni la remodelación de la plaza de la Merced ni el bulevar sobre el soterramiento ni, por supuesto, las actuaciones que planea el nuevo PGOU, están a la vuelta de la esquina. El Ayuntamiento no ha conseguido tener como aliados a las otras administraciones con las que debe congeniar por pura necesidad. Por último, el campeón está rodeado de un equipo que en los últimos meses tampoco ha mostrado la fuerza de otras ocasiones. Con este panorama, De la Torre debe afrontar un combate con un aspirante crecido.
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