La chistera sin conejo
Teodoro León Gross. Sur 11/12/09
La clave de la retórica política en los grandes debates, como en un show de magia, está en el truco. Se trata de lograr un golpe de efecto para dejar al público cautivado ante el poder taumatúrgico del prestidigitador. Es esa imagen tradicional del conejo sacado de la chistera tras los trucos de rutina. Y, desde hace años, el alcalde aplica esta ‘técnica del mago’ al Debate sobre el Estado de la Ciudad. Acabado el memorial tedioso de cifras, siempre ha logrado sacar un conejo del doble fondo de su discurso, y con eso le bastaba para el titular del día después. En definitiva, como decía Lytton, “los mayores trucos de magia se hacen con la palabra”. Y el alcalde pocas veces ha necesitado como ahora su mejor magia para recuperar ilusión y transmitir confianza tras unos meses críticos por la sucesión de asuntos turbios, errores de gestión y el bloqueo cada vez más envenenado con las otras administraciones. A sabiendas de que la oposición esta vez disponía de munición de alto voltaje, se esperaba un gran golpe de efecto del alcalde para cortar el acoso. Y paradójicamente ofreció lo peor de su repertorio.
El alcalde ha perdido la magia. Sus trucos antes causaban sensación, pero ya no engañan a nadie: hace un año comprometió la organización de una Exposición Internacional de la que nunca más se supo; en 2007, el soterramiento del tráfico en ‘la esquina de oro’ del puerto y la instalación de ¡Google en Málaga!; en la edición anterior, la peatonalización y ajardinamiento de Carretera de Cádiz; en 2005, centros culturales en el Cine Andalucía y la esquina del Palacio Salvatierra donde ahora se construyen pisos; un año antes, crear una sociedad mixta con Unicaja para viviendas sociales, otro bluff ficticio…. Hasta ahora el prestigio del alcalde, con un marchamo de honorabilidad a prueba de todo, parecía suficiente para sostener esos trucos de ilusionismo; y todavía cabía pensar que de nuevo se sobrepondría al clima hostil con otro golpe de efecto. Lejos de eso, sus trucos esta vez han tocado fondo, bajo mínimos de credibilidad: la ampliación de la Casa Natal de Picasso ya estaba en los presupuestos pero desactivada por falta de fondos; y al edificio Astoria renunció el alcalde hace semanas por falta de capacidad financiera. Esas promesas ya ni siquiera son trucos; sólo humo para tapar el colapso. Si eso es todo lo que se puede sacar de la chistera, es que no se puede sacar nada. De hecho, en este debate para medir ‘el estado de la ciudad’, en realidad ha sido el propio alcalde, más que la oposición con sus intervenciones ramplonas, quien transmitió una imagen completamente desfondada, sin ideas, sin energía y sin tener siquiera ya un conejo en la chistera.
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