Temor en el sector turístico por las prospecciones de gas en el litoral
03.01.2011 - PILAR R. QUIRÓS/ FRANCISCO JIMÉNEZ
El Gobierno declaró el litoral malagueño de interés general en 1993. Tal era su tirón turístico que había que preservar la gallina de los huevos de oro. Eso tendría que haber servido para culminar de una vez por todas la depuración de las aguas residuales que se vierten al mar, algo que todavía no se ha hecho efectivo 17 años después. Ahora la espada de Damocles se cierne sobre la costa, y el sector turístico, los ecologistas y los pescadores se oponen a que Málaga acabe industrializada con la extracción de gas de sus fondos marinos. Como regalo de fin de año, el último Consejo de Ministros dio el visto bueno a la compañía canadiense de hidrocarburos CNWL Oil España para realizar prospecciones en busca de posibles yacimientos de gas y petróleo en el mar de Alborán, abarcando un área de 330.000 hectáreas frente a las costas de Málaga, Granada y Almería.
Pero ésta es solo la anécdota. En breve está previsto que el Ministerio de Medio Ambiente autorice a Repsol a iniciar sondeos exploratorios con la instalación de una plataforma semisumergible a diez kilómetros de la costa de Mijas, lo que supondría perforar sus fondos marinos. La plataforma solo se utilizaría durante la búsqueda, ya que de hallarse gas éste se extraería a través de canalizaciones hasta tierra firme. Ante todos estos movimientos, el sector turístico, ecologista y pesquero de la provincia muestra su más rotundo rechazo.
El más enérgico, sin duda alguna, es el turístico. El presidente del Consejo de Turismo de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Miguel Sánchez, manifestó a SUR que la sola posibilidad de que Repsol instale una plataforma semisumergible para buscar gas a diez kilómetros de la punta de Calaburras, en Mijas, es una «absoluta barbaridad». «Lo suficiente para que el turismo de calidad que tanto buscamos acabe viendo el litoral de Málaga como una zona contaminada», añadió. Sánchez apeló a que el turismo de la costa vive un momento muy sensible derivado de la crisis económica y que noticias de este tipo lo único que hacen es alarmar aún más al sector y «hacer un tremendo daño a la provincia, que no lo olvidemos tiene su principal fuente de ingresos en la costa».
Sánchez fue más allá aludiendo al vertido que produjo una plataforma de Repsol la pasada semana en el Delta del Ebro y que ha llevado a la costa 180.000 litros de hidrocarburos. «Málaga no podría permitirse errores de este tipo, nosotros vivimos del turismo, y si ahora quieren que vivamos de los hidrocarburos que nos compren todas las empresas turísticas y tendremos que empezar de nuevo», aseveró.
En la misma línea se mostró el presidente de los empresarios de playas, Manuel Villafaina, que recordó que la única industria que hoy por hoy tiene Málaga es el turismo, y que actividades de este tipo pueden ser perjudiciales, por lo que urgió a una reunión de todo el sector para tratar el tema en profundidad. Y, ¿qué decir del sector pesquero? Su maltrecha economía y un mar como el de Alborán, que está sobreexplotado, no parece el mejor sitio para llenarlo de futuras plataformas que pongan en peligro el caladero.
Que los ecologistas están en contra de este tipo de extracciones no es ningún secreto ya que, en general, para ellos el modelo de los hidrocarburos como energía de futuro debería poner su punto y final. Greenpeace ya ha pedido al Gobierno en reiteradas ocasiones que abandone su política de apostar por los combustibles fósiles y ha puesto el grito en el cielo tras el vertido de petróleo de la plataforma en el Delta del Ebro. Al día siguiente del accidente, que ha provocado una mancha de 19 kilómetros cuadrados en la costa de Tarragona, Greenpeace exigió al Ejecutivo que se niegue a conceder más explotaciones de hidrocarburos en la costa española. Ecologistas en Acción se suma a esta demanda y recuerda el valor ecológico del mar que baña Málaga, que podría ser un santuario para cetáceos.
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