13 marzo 2010

Multa histórica de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones al Ayuntamiento de Málaga

Proyecto estrella...do
Ya es un mal trago que el primer gran impacto del proyecto de ciudad wifi sea un multón de no te menees
25.02.2010 - TEODORO LEÓN GROSS-SUR
La multa histórica de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones al Ayuntamiento de Málaga llega apenas veinticuatro horas después de dar por cerrado el capítulo de la concejala que se concedía ayudas a sí misma. No hay tregua. Tras veinte días de escándalo, la concejala ha hecho una confesión de mínimos, se ha disculpado tibiamente, ha considerado que su error es disculpable -de la autoayuda al autoindulto- y ha cerrado este embrollo para volver a su coche oficial, a los cuatro mil de nómina y a sentarse en los chiringuitos de su barrio a que le hagan la pelota. Así funciona esto. Si alguien esperaba un martirio tipo Santa Apolonia, apaleada en público y después achicharrada, no conoce las reglas. Una vez evaluado el coste electoral de otra dimisión tras Marmolejo, ésta no salía rentable. Mantenerla resulta incómodo, pero echarla resultaba antielectoral. El alcalde está disgustado pero la solución finalmente tenía que ser ésa: restituirla con discreción al coche oficial, a los cuatro mil largos y a los besamanos de los chiringuitos hasta que el episodio se diluya en marea de la actualidad.
Y sin embargo el Ayuntamiento, aún bajo esa indigestión, se ha encontrado otro sapo en la carta del día: la multa millonaria de la CMT por actuar como proveedor de acceso a Internet sin atenerse a la legalidad. Hace dos años, el organismo regulador ya le advirtió sobre el imperativo de convertirse en operador, pero el Ayuntamiento desoyó el requisito y puso en funcionamiento la Red Biznaga. Las buenas intenciones nunca son una coartada para no cumplir la ley. Y en definitiva no se trata de especular sobre su buena o mala fe; sencillamente sabían cómo actuar pero no actuaron así. De un tiempo a esta parte, en la administración municipal parece haber una idea bastante relajada sobre el rigor administrativo. El Caso Campanillas, el Caso Marmolejo o el Caso Jarazmín tratan sobre eso. En todos se repite esa confusión entre la jeta y el candor.
El 'wifi' era uno de los grandes proyectos del gobierno local, enunciado por el alcalde como un bucle hacia la modernidad, como el maná de la nueva economía bajo el paraguas de Málaga Valley y otros señuelos cada vez más en cuarentena porque no anunciaban inversiones sino subvenciones. El alcalde fichó un concejal de Nuevas Tecnologías, se entregó al discurso redentorista de Málaga Valley y proclamó en 2007 que ésta sería la primera ciudad wifi, aunque ya existieran decenas. Ahora es un mal trago que el primer gran impacto del proyecto sea un multón de no te menees. En realidad la Red municipal nunca fue exactamente un éxito: apenas unos pocos usuarios hacían uso de ella. Se presentó como un proyecto estrella y ahora es un proyecto estrellado.

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