10 julio 2011

Seis de cada diez plazas hoteleras de la Costa del Sol-Málaga son ya de cuatro o cinco estrellas

A finales de la década de los noventa, más de la mitad de las camas hotelera de la provincia eran de tres estrellas .U n firmamento de estrellas suman los hoteles de la Costa del Sol, un sector determinante para la industria turística local y andaluza. La apuesta por la renovación de las instalaciones comenzó hace poco más de 15 años pero es en estos momentos cuando se cosechan los frutos. Más de seis de cada diez plazas hoteleras de la provincia de Málaga lucen en la entrada cuatro, cinco estrellas o el distintivo de Gran Lujo. Es decir, con datos actualizados al pasado mes de junio y facilitados por la Delegación Provincial de Turismo de la Junta de Andalucía, el sector hotelero malagueño ofrece a los miles y miles de viajeros que disfrutan de sus vacaciones un total de 56.513 camas de las categorías más altas. Es el momento de echar la vista atrás y volver a la gran crisis del turismo malagueño, allá por 1993, en la que la raíz del problema fue una oferta hotelera caduca que pasó factura. El sector aprendió la lección y apostó por invertir en calidad con ayuda de planes como el Qualifica. Solo en los últimos tres años han gastado más de 30 millones de euros en rejuvenecer y mejorar las instalaciones hoteleras. La mayor parte del dinero desembolsado tenía como objetivo subir de categoría.

Así, la Costa del Sol ha pasado de tener, en el final de la década de los 90, una planta hotelera en la que la mayoría de la oferta era de tres estrellas a contar con un 63% de camas de cuatro, cinco estrellas o gran lujo. Una vuelta de calcetín que ha venido como anillo al dedo en un momento de crisis en el que el sector menos afectado por los problemas económicos es el de alto poder adquisitivo. Un colectivo que dispone en la Costa del Sol de la mayor variedad de establecimientos de alta categoría de la Península.

Tendencia a la alta gama

De junio de 2010 al pasado mes, la Costa ha aumentado su oferta hotelera en siete establecimientos, de los que cuatro son de cuatro y cinco estrellas. Las plazas en estas categorías han subido en casi un millar, mientras las de dos y tres se han reducido en 587, sin contar los apartoteles.

Aún así el destino reúne alternativas para todos los bolsillos. Un total de 89.135 plazas suman los 491 hoteles y apartoteles que se contabilizan en la provincia. El dato es más que elocuente sobre la fuerza de este sector en el conjunto de Andalucía si se tiene en cuenta que Málaga acapara el 36% de las camas hoteleras de toda la región y el 27% de los hoteles. El siguiente destino andaluz en importancia es Cádiz, con algo más de 36.000 plazas, es decir, poco más de un tercio que la Costa del Sol.

El negocio de la industria hotelera malagueña es igualmente abrumador en relación al conjunto de la Comunidad. Las pernoctaciones que se contabilizaron al cierre del pasado año en las instalaciones malagueñas se elevan a 15,2 millones de estancias, de un total de 40 millones que se registraron en la Comunidad. La cifra de la Costa más que duplica la que acumula la provincia gaditana, la segunda más importante en este indicador.

También la ocupación media de los establecimientos de Málaga supera en cinco puntos la media andaluza, que se fijó en un 45% en el balance estadístico de 2010 de la Consejería de Turismo de la Junta. Se trata, por tanto, de un segmento que muestra una fortaleza cuantitativa y cualitativa, que está en evolución para adaptarse a los nuevos viajeros y que cumple medio siglo de actividad en plenitud de facultades.

Nuevos proyectos

De hecho, a pesar de la situación de la economía, los inversores siguen apostando por el destino. En la actualidad, la Delegación Provincial de Turismo, que dirige Antonio Souvirón, tiene registrados un total de 33 proyectos de hoteles, de los que cuatro se han inscrito en lo que va de año. El resto está en este registro desde 2008. De nuevo la apuesta por la calidad es patente: de cinco estrellas hay cuatro actuaciones proyectadas en Antequera, Almogía, Vélez Málaga y Estepona; de cuatro estrellas hay once, en Casarabonela, Antequera, Ronda, Casares, Carratraca, Fuente Piedra, Málaga, Gaucín y Colmenar; de tres estrellas hay pendientes siete hoteles; uno de dos estrellas en la capital, tres de una, otras tres pensiones y cuatro hostales.

Todos los informes revelan que en la actualidad son los establecimientos de mayor categoría los que mejores resultados obtienen. En este sentido, desde la Consejería de Turismo advierten que el pasado año fueron los establecimientos de cuatro y cinco estrellas los que cerraron el ejercicio con datos más positivos. «Por precios más accesibles y porque la crisis afecta a un segmento de población económica medio-bajo, que son los principales clientes de los hoteles de tres, dos y una estrella, son las instalaciones de alto nivel las que salieron mejor paradas», precisan.

Es más, las pernoctaciones en los cinco estrellas andaluces, donde Málaga cuenta con la mayor concentración de establecimientos de este tipo, crecieron el pasado año un 11,8% y en los cuatro estrellas un 4,4%. Frente a este saldo positivo, los del resto de categorías experimentaron un retroceso de 4,3%, según la Junta.

Rentabilidad

A ello hay que añadir que, aunque la rentabilidad sigue siendo la asignatura pendiente del sector, son los hoteles de mayor nivel los que han conseguido superar con crecimiento del 12% el índice que mide el rendimiento por habitación (Revpar). En este mismo estudio se destaca que Málaga y Cádiz son las zonas turísticas en las que el sector hotelero más eleva su rentabilidad. También son las provincias que lideran las tarifas hoteleras más altas, que en el caso de Málaga pasa a la segunda posición con 75,5 euros la habitación. En cuestión de rentabilidad es Marbella la que toma las riendas, siendo el segundo destino andaluz más rentable tras la localidad granadina de Monachil, en la que se ubica la oferta de Sierra Nevada. Antequera, es por contra, el destino más económico de la región. Entre las zonas líderes en el sector hotelero destaca Torremolinos que concentra el 27% de la planta, según la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), que preside José Carlos Escribano.

En el reverso de la moneda, esta patronal no esconde que hay entre un 5 y un 8% de oferta hotelera obsoleta, en el que el paso de los años es palpable porque no existe una voluntad de los propietarios por seguir en el negocio. En este sentido, Escribano instó a buscar una salida consensuada entre el sector público y privado para sacar del mercado a esta planta hotelera que afecta a la imagen del destino y que incide en una estrategia de precios a la baja de la que el sector quiere apartarse.

No solo las estrellas marcan la calidad, los turistas también dejan constancia de ella y dan al alojamiento la mayor puntuación. Un notable alto, en una escala de uno a diez puntos. Es la mejor recompensa.
Pilar Martínez-Sur

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